Hoy en día, los hábitos de consumo de alcohol por parte de los adolescentes es una preocupación que comparten los padres, educadores y profesionales dedicados al trabajo con los más jóvenes.

El porcentaje de adolescentes y jóvenes que tienen problemas con el alcohol es cada vez más alto, probablemente debido a la unión de los patrones consumo desmedido que presentan los chicos y a la edad en la que los menores se inician en el consumo, la cual cada vez es más temprana.

¿Qué pueden hacer los padres para prevenir que sus hijos adolescentes consuman alcohol?

En primer lugar, es importante señalar que no existe una fórmula mágica que nos permita asegurar que nuestro chico no va a consumir alcohol cuando salga de casa los fines de semana. Pero sí que hay ciertas pautas que pueden seguir los padres para proteger al menor y disminuir la probabilidad de que este consuma, o de que lo haga en grandes cantidades.

Uno de los factores de riesgo que hay que evitar es que el adolescente concentre toda su actividad de ocio únicamente en salir de marcha los fines de semana.

Hoy en día, los chicos pasan mucho tiempo usando el móvil y las redes sociales, de tal manera que no se potencian otras aficiones como el deporte, cine, música, pintura, manualidades, lectura, actividades al aire libre, etc. Todos los seres humanos necesitamos llevar a cabo actividades que nos resulten agradables y gratificantes, y los adolescentes en esto no son distintos. Se podría decir que muchos jóvenes pasan toda la semana sin realizar ningún tipo de actividad, únicamente esperando a que llegue el viernes, a que llegue su momento de ocio. Por ello, es sencillo llegar a la conclusión de que un chico que no ha realizado ninguna actividad reconfortante durante la semana (y que tampoco la realizará durante el fin de semana) cubrirá todas esas necesidades mediante el consumo de alcohol.

De esta forma, si fomentamos que el adolescente realice actividades de ocio incompatibles con el consumo de alcohol, estaremos disminuyendo el valor que la bebida tiene para el chico, reduciendo así los riesgos ante el consumo.

¿Es efectivo tratar de poner normas para que los menores no consuman alcohol?

Como ya se ha mencionado anteriormente, es casi imposible poder asegurarnos al 100% de que nuestro chico no va a consumir alcohol, pues una vez que cruza la puerta deja de estar bajo nuestro control.

No obstante, aunque no podamos tener un control absoluto sobre lo que nuestro hijo hace cuando está en la calle, sí que hay acciones que podemos llevar a cabo para limitar la “libertad” con la que el chico se encuentra cuando no está siendo vigilado por sus padres.

La clave está en poner normas. El adolescente debe tener claro que los límites en la familia no los marca él, sino sus padres.

El hecho de que en casa existan unas normas claras que el adolescente debe cumplir en su día a día, facilitará mucho la tarea de prevenir el consumo de alcohol. Si el joven tiene asumido que en las cuestiones del día a día las reglas del juego las marcan sus padres, será mucho más fácil que entienda que su consumo de alcohol también estará moderado por las normas que le pongan ellos.

Es importante volver a hacer hincapié en que todo esto protege, pero no asegura que nuestro hijo no vaya a consumir alcohol. Aunque los padres pongan normas, los adolescentes en muchas ocasiones tratarán de saltárselas, y en el caso la bebida, esto no será distinto.

Lo importante es que, un chico que es consciente de que en su casa hay normas y que sus padres no aprueban el consumo de alcohol, sin duda beberá de una manera mucho más moderada que un chico que sabe que su comportamiento no tendrá ninguna consecuencia negativa.

Por ello, los padres deben mostrar una actitud firme ante el consumo de alcohol, el adolescente debe tener claro que no puede regresar a casa con signos de haber bebido. En el caso de que los padres detecten que el menor ha bebido, debe establecerse alguna consecuencia.

Por otro lado, otra forma de intentar prevenir que el adolescente consuma alcohol es el establecimiento de unos horarios de recogida adecuados a su edad. Es más probable que un chico consuma una mayor cantidad de alcohol si puede regresar a su casa a altas horas de la noche. En cambio, un joven que deba volver a casa a una hora prudencial, y que además tenga que hacerlo en buenas condiciones, sin duda tendrá más probabilidades de abstenerse ante el consumo o de hacerlo de una manera más moderada.