Con el comienzo de curso, como cada año hemos programado en mi centro de trabajo, los distintos grupos que llevaremos a cabo. Hemos introducido uno que hacía algún tiempo teníamos olvidado. El de mujeres alcohólicas.

¿Por qué hemos vuelto a optar por este formato?

Porque la experiencia nos dice que aunque el alcoholismo tiene los mismos elementos esenciales en el hombre y la mujer, ésta, reúne algunas características especiales, que requieren un abordaje determinado.
En las Comunidades Terapéuticas, la especificidad de las mujeres junto a otras razones, hacen que en su mayoría no sean mixtas.

 

Esto no quiere decir que las mujeres tengan que estar separadas siempre de los hombres. Nosotros también realizamos grupos mixtos con unos resultados fantásticos.
Sin embargo cuando es posible, y siguiendo nuestro objetivo de realizar tratamientos personalizados, hemos creído conveniente, basándonos en la experiencia de años anteriores, el introducir este grupo, con mujeres que presentan algunas características especiales.
Al empezar a escribir sobre la mujer alcohólica, lo primero que se me ha venido a la cabeza es el hablar de este grupo, posiblemente porque llevo una temporada dándole vueltas a las características que habrían de unir sus componentes

 

Dentro de que el alcoholismo tiene unos núcleos esenciales comunes a todos, las mujeres presentan unas características definidas que además han cambiado a lo largo del tiempo.
Hasta hace muy poco tiempo el alcoholismo femenino parecía casi inexistente. Hace unas décadas la proporción entre hombres y mujeres alcohólicas era de 10 a 1. Hoy la proporción ha cambiado absolutamente y la proporción es de 3 a 1 .

 

Si nos fijamos en el consumo de alcohol en la actualidad podemos observar como en algunos estudios se empieza a detectar que en los adolescentes, el consumo de alcohol en la mujer es superior al de los hombres, lo que unido a que la biología femenina es más vulnerable frente al alcohol, nos hace pensar, que si no cambia la tendencia, nos encontremos en poco tiempo que el alcoholismo femenino puede llegar a ser más frecuente que en el hombre.

 

Tradicionalmente la mujer alcohólica bebía en solitario, de forma atormentada, depresiva y auto destructiva, utilizando las bebidas a su alcance como el vino de la cocina.
Procuraba ocultar su adicción incluso a los más allegados. He conocido mujeres que durante años han estado bebiendo sin que su marido llegara ni siquiera a imaginarlo.

 

Otra de las características frecuentes en el alcoholismo femenino clásico era que la mujer se volvía alcohólica después de casarse. La mujer utilizaba el alcohol para cambiar la fisonomía de su mundo interno, por eso bebía en la clandestinidad.

 

[Tweet «En la mujer alcohólica encontrábamos una baja autoestima y pobre auto concepto.»]

 

En el alcoholismo femenino suelen incidir como factores asociados que influyen en el desarrollo de éste, elementos familiares perturbadores más graves que en el alcoholismo masculino.
El patrón de consumo más frecuente era el consumo excesivo regular con momentos de consumo excesivo irregular.
El incremento del consumo solía estar asociado con acontecimientos o crisis vitales concretas como el abandono de los hijos del hogar.

 

La bebida se asocia con acontecimientos traumáticos y el inicio de sus problemas físicos relacionados con el alcohol se produciría en una edad más temprana que en el hombre y con consumos menores.

 

El alcoholismo femenino clásico era por tanto un alcoholismo oculto que en ocasiones nunca salía a la luz. Recuerdo a una señora mayor, que vivía con su único hijo, a la que traté durante años y que venía periódicamente a la consulta y seguía sin pestañear todas las indicaciones que yo le hacía y que nunca reconoció su problema de alcohol. Aceptaba las consecuencias que éste le producía pero no llegó jamás a relacionar estos problemas con su consumo de alcohol.

 

Sin embargo aunque lo que he expuesto, era lo más frecuente, en el alcoholismo femenino, ya en el año 1979 el doctor Bogani distinguía varios tipos de alcohólicas y las clasificó en la revista drogo alcohol, de la siguiente manera.

 

Alcohólicas clandestinas:

Se trata por lo general de mujeres casadas de 40 a 60 años de edad cuando se detecta su etilismo, con una evolución anterior muy larvada.

Alcohólicas jóvenes:

Ese grupo que más se ha incrementado en los últimos años. La mayor libertad, la disponibilidad de dinero, sobre todo en las ciudades, han aproximado el comportamiento social de la mujer al tradicional de los hombres.

Alcohólicas de barra.-

Cuyo trabajo las sitúa en un riesgo añadido.

Alcoholismo femenino en el mundo rural.-

La censura y el control nacido del hecho de que todo el mundo se conoce ente sí, constituyen un freno para el consumo femenino excesivo.

Alcohólicas que viven solas.-

En las que se aprecia una gran frustración afectiva.

Alcohólicas vagabundas.-

numéricamente poco importante y difíciles de detectar.

 

En esta clasificación, que se basa en la amplia experiencia clínica del Dr. Bogani , ya vemos como dentro del alcoholismo femenino nos podemos encontrar muy diversos tipos de mujeres alcohólicas.

 

En la actualidad esta clasificación podría continuar siendo válida, pero tendríamos que añadir otros grupo, que se han ido añadiendo en la medida en que ha ido cambiando el papel de la mujer en el mundo y esta se ha incorporado por completo al trabajo fuera de casa y va igualando cada vez más sus conductas a la de los hombres.

 

La diferencia que existe en el alcoholismo, entre hombres y mujeres, pueden ser de naturaleza antropológica y/o biopsicosocial .

• Diferencias metabólicas entre géneros
• El hecho de que el repertorio conductual asociados a los episodios de ebriedad despierte menor atractivo para la mujer que para el hombre
• Diferentes expectativas sociales (aunque estas expectativas van cambiando, el consumo abusivo de la mujer se consideraba hasta hace poco tiempo incompartible con los roles asignados a la mujer
• El que aun hoy, continua siendo peor visto la embriaguez femenina que la masculina y un largo etcétera explicarían estas diferencias .
En la actualidad, la mujer se ha incorporado a todos los ámbitos sociales y profesionales y su forma de consumo de alcohol, se va igualando al del hombre, al poder darse en cualquier contexto y el perfil de la mujer alcohólica es distinto. Se presenta en la mujer trabajadora fuera del hogar y tiene una mayor similitud con el alcoholismo masculino.

 

Aparecen consumos abusivos entre los 15 y 25 años. Los consumos abusivos no se relacionan con circunstancias o crisis personales. Se considera el consumo como un símbolo de estatus, de su estilo de vida.
Su consumo suele presentarse en forma de consumo excesivo irregular aunque puede intercalarse con periodos de consumo excesivo regular. Suele producirse un deterioro precoz de su estado de salud y de su situación socio laboral.
Diversos estudios han asociado distintos factores de riesgo en el alcoholismo femenino.
Se ha encontrado que las mujeres emplean con frecuencia el alcohol con el fin de aliviar los sentimientos de depresión e in adecuación.

 

Existe una fuerte asociación ente haber sido objeto de violencia y abuso con el alcoholismo femenino.
Entre más de la mitad de las alcohólicas encontramos un alcoholismo paterno, y en muchas de ellas también encontramos que conviven o han convivido con pareja alcohólica.
Existen antecedentes de malos tratos familiares en la mujer alcohólicas que entre las mujeres que no lo son
Aparecen también una elevada presencia de ideación suicida, incidencia importante de embarazos no deseados y son frecuentes los contactos homosexuales, realizan peor el desempeño de su rol maternal, generan más agresividad verbal y física.

 

Confío en volver sobre este tema, que me parece de especial interés, y animo a las mujeres con este problema a pedir ayuda, sin quedarse atascadas en la dificultad de reconocer en ellas una enfermedad común, pero que continúa marcada por un gran estigma social.

 

Refer. Bibliográficas.-

“ Mujeres y alcohol.” E. Ettorre Narcea S,A, ediciones 1998
Sirvent, C. (2001). Mujer y Adicción. Comunicación presentada a las Jornadas de la Fundación Andaluza de Drogodependencias. Marbella.

Jiménez, M. (2001). Alcoholismo femenino. Jano, 59 (1361), 10-14.

Montero Bancalero, Francisco José Aspectos psicosociales de la dependencia de alcohol en la mujer. Estudio comparativo entre hombres y mujeres Salud y drogas, vol. 6, núm. 2, 2006, pp. 197-214 Instituto de Investigación de Drogodependencias Alicante, España