Nos referimos con éste término inglés de difícil traducción, al impulso imperioso de consumir alcohol con el deseo subjetivo de volver a experimentar sus efectos.

El craving presupone una reacción aprendida, primero a través de la experiencia gratificante del consumo y después como fruto de la necesidad de evitar el síndrome de abstinencia.

Aunque la investigación sobre éste constructo continua de forma muy intensa, sus manifestaciones autonómicas y emocionales se relacionan con estructuras subcorticales y límbicas y las cognitivo-conductuales con estructuras corticales.

El craving puede desencadenarse:

  • Como respuesta a la aparición de síntomas de abstinencia
  • Como respuesta a la falta de placer
  • Como respuesta condicionada a señales asociadas (personas, lugares o sentimientos asociados a la bebida)
  • Como respuesta a deseos hedónicos ( ganas de celebrar algo…)

El craving es clave en la dependencia alcohólica y debe ser tenido muy en cuenta en el tratamiento para evitar recaídas.