Desde que consumimos una bebida alcohólica hasta que se elimina completamente de nuestro organismo, el etanol recorre nuestro organismo en cuatro etapas básicas.

El alcohol pasa por el tubo digestivo hasta llegar al estómago donde se absorbe el 20 % de lo ingerido. En pocos minutos puede pasar el alcohol a la sangre desde el estómago y llega al cerebro.

Luego en el intestino se completa la absorción y continúa pasando a la sangre en su mayor parte desde el intestino delgado, distribuyendose a través de ella por todo el cuerpo.

Desde la sangre se distribuye a todas las células de nuestro organismo, absorbiendose en proporción al contenido de agua que poseen.

El tiempo empleado en pasar a la sangre es de unos 5 minutos, pero las mayores concentraciones se producen entres los 30 y 90 minutos. 30 minutos con el estómago vacío y entre una hora y hora y media con el estómago lleno. La asimilación es más rápida a mayor graduación alcohólica. Las bebidas gaseosas también favorecen la absorción.

En el hígado se va metabolizando el alcohol de una manera constante ( la metabolización es un proceso de transformación, mediante cambios bioquímicos, de las sustancias ingeridas en otros compuestos asimilables por nuestro organismo. La oxidación es el principal de estos procesos )

Los riñones recolectan las sustancias resultantes filtrándose y enviándoles a la vejiga desde donde a través de la orina es eliminada aunque una mínima parte también se elimina sin metabolizar por la exhalación y la transpiración. También pueden excretarse por las lágrimas y la leche materna.