El proceso terapéutico en alcoholismo

El alcoholismo no es una enfermedad que aparezca de pronto. Normalmente se requieren varios años para cruzar la frontera que distingue al alcohólico del no alcohólico. Con el tratamiento ocurre algo parecido. El alcoholismo no es una enfermedad, como una infección, que se pueda curar en unos días, con un buen tratamiento de antibióticos.

El tratamiento del alcoholismo, al igual que su instauración, es un proceso. En éste proceso hay que atravesar por varias fases y en cada una de ellas se requieren unos objetivos distintos, con sus correspondientes instrumentos terapéuticos para conseguirlos.

¿Como comienza el tratamiento del alcoholismo?

El primer paso es el de la captación del paciente. En un libro del dr Freixa, uno de los pioneros del tratamiento de alcoholismo en España, se citaba la siguiente frase. “ El tratamiento del alcoholismo, es parecido a guisar un conejo. Lo más difícil del guiso es cazar el conejo”.

Aunque la cita no es exacta, sí que reproduce la idea que se quería trasmitir. Uno de las dificultades mayores en el tratamiento del alcoholismo, es conseguir que el alcohólico acuda a tratamiento.

Con frecuencia son los familiares y amigos los que buscan ayuda, y a menudo, el alcohólico no suele presentarse con ellos y cuando lo hace es obligado por la familia y sin ninguna conciencia de enfermedad.

Es importante por ello, que los lugares de tratamiento, sean muy asequibles y que se le facilite en todo momento una buena disponibilidad para acceder a él, evitando listas de espera y demasiados requisitos previos.

La motivación en el alcohólico, es muy fluctuante, y por eso es muy importante que cuando se decide a pedir ayuda, no se le haga esperar ni se le pongan demasiadas trabas, por cuestiones administrativas o de otro tipo.

Es evidente que existen muchos modelos de tratamiento en alcoholismo. Yo en estas líneas expondré lo que considero que debe ser un tratamiento llevado a cabo por profesionales y de una forma personalizada.

Como he repetido en muchas ocasiones, esto no excluye, la colaboración estrecha con los grupos de auto ayuda.

Cuando un alcohólico o algún familiar contacta con un centro de tratamiento comienza, una primera fase que es La Acogida.

Es muy importante que desde el primer momento la persona que pide ayuda, se sienta entendida, comprendida y apoyada. Para ello es necesario, que la persona que la recibe, tenga una formación y experiencia contrastada.

El primer contacto, va a marcar en gran medida, el desarrollo y el éxito del tratamiento. Si se realiza, como se ha expuesto, la persona que acude a nosotros se irá con la impresión, de que somos capaces de entender lo que le pasa y que podemos ayudarlo. Si esto no ocurre así, será bastante improbable que vuelva, por lo que el tratamiento no llegará ni siquiera a iniciarse.

En esta primera fase de la acogida, será muy importante realizar una primera evaluación que nos indique si existe alguna demanda urgente que necesite ser atendida sobre la marcha.

Si observamos por ejemplo que se está iniciando un delirium tremens o existe un gran riesgo de suicido, tendremos que ponernos en marcha para evitar que estos se produzcan.

La segunda fase del proceso terapéutico es el de la evaluación. Si queremos realizar un tratamiento personalizado, tendremos que conocer muy bien a quien tenemos delante, saber cuáles son circunstancias actuales y el rol que desempeña el alcohol en su vida

La evaluación del paciente es un proceso amplio, en el que deben intervenir distintos profesionales, (el trabajo en equipo, es muy importante), y requiere la exploración de distintas áreas (médica, psicológica, psicopatológica, socio familiar, ocupacional, relacional …)

Se lleva a cabo a través de entrevistas clínicas con el paciente y su familia( u otras fuentes externas que se consideren necesarias), con las pruebas físicas complementarias que se consideren adecuadas para cada caso ( analítica, pruebas neurológicas, p de imagen..) , y con instrumentos de evaluación psicológica ( test, inventarios, auto registros..).

Es importante que todo lo que evaluamos tenga un objetivo bien definido. No debemos explorar aéreas en las que después no podamos o no sepamos intervenir. El objetivo de la evaluación es hacer un traje a medida. Debemos ser nosotros los que nos adaptemos a las necesidades de nuestros pacientes y no ellos a las nuestras.

En esta fase es muy importante también que conozcamos cuales son las necesidades de la familia, que también suele estar afectada, y su disponibilidad para ser ayudada e implicarse en el tratamiento.

Es bien sabido que cuando la familia se implica en el tratamiento, los resultados son siempre mucho mejores.

Para que la implicación de la familia sea eficaz, la familia debe dejarse también ayudar, para conseguir la propia serenidad interna, y desde ella poder ayudar a su familiar cercano.

Estas fases iniciales, la acogida y la evaluación, resultarán básicas en el proceso terapéutico. Sin una buena acogida, probablemente, no se iniciará el tratamiento. Sin una buena evaluación difícilmente se podrá realizar un tratamiento de forma adecuada, porque debemos recordar, que aunque en el alcoholismo hay muchos elementos comunes en todos los alcohólicos, también hay diferencias muy notables que habrás que tener en cuenta, para tener un resultado satisfactorio.

En las próximas semanas continuaremos desarrollando como se realiza el proceso terapéutico.

 

Referencias Bibliográficas.-

“Problemática del tratamiento psicosocial del enfermo alcohólico” Dres L.Bach y F. Freixa Cap. 16 libro Enfermedad Alcohólica. Químicos Unidos . Barcelona 1978

“ Intervenciones eficaces en consumo problemático de alcohol y otras drogas”. www.scielosp.org/pdf/rpsp/v34n4/07.pdf

“Guía clínica de intervenciones psicológicas en adicciones” Guías clínicas de Socidrogalcohol. Elisardo Becoña Iglesias Maite Cortés Tomás [Coordinadores].Valencia 2008

“Intervenciones psicosociales en alcoholismo” R. Monasor, M. Jiménez, T. Paloma Trastornos Adictivos Vol. 5 n.1 2003

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