En Europa hay 25 millones de personas con Dependencia al alcohol y de todos ellos sólo el 15 % son diagnosticados y el 8 % tratados.

Si los comparamos con el resto de los problemas de Salud Mental nos volvemos a encontrar con que los alcohólicos son los que más se quedan sin tratar. El 92 % frente al 18% de los esquizofrénicos, el 45 % de las depresiones o el 62 % de los Trastornos de ansiedad.

En un primer vistazo podríamos pensar que el porcentaje de tratamientos aumenta conforme la gravedad del trastorno es mayor y por eso los más tratados son los esquizofrénicos, pero si esto fuera cierto, ¿es sostenible que el alcoholismo sea menos grave que un trastorno de ansiedad generalizado o un trastorno de pánico? Evidentemente no y por eso tendremos que buscar otras razones.

La primera quizás sea el concepto tan peyorativo de la palabra alcoholismo. Con frecuencia se asocia esta palabra, a la de depravado, vicioso, …..y es por tanto muy complicado para cualquier persona reconocerse de esa manera.

El estigma social que acompaña al alcoholismo es tan grande en nuestra sociedad que es razonable que muchas personas se revelen con que se le aplique esa etiqueta.

Pienso que es un trabajo importante que la sociedad, admita de verdad que el alcoholismo es una enfermedad como cualquier otra, que es tratable y que con un buen tratamiento, se obtienen muy buenos resultados.

Es difícil llegar a entender, que una sustancia introducida en nuestra sociedad y en nuestra cultura, cómo lo están las bebidas alcohólicas, omnipresentes en todas nuestras actividades festivas y sociales y tan alabadas por todos cuantos nos rodean, pueda ser la causa de una enfermedad.

Por otra parte los que tratamos este tipo de problemas, tenemos experiencia que las personas alcohólicas están deseosas de dejar las consecuencias negativas de su consumo pero no el consumo mismo.

Nuestra sociedad suele tener muchos prejuicios con cualquier problema de salud mental en general y con el alcoholismo en particular.

Cuántas veces vemos como se ocultan este tipo de trastornos, para que los demás no se enteren de que vamos a un centro de salud mental o con más razón a un centro de alcoholismo y drogodependencias.

También nos encontramos con muchas personas que presentan problemas relacionados con el consumo de alcohol , que reconocen esos problemas , pero consideran que ellos por si mismos pueden tratarlos. En alguna ocasión esto puede resultar cierta pero en la gran mayoría de las ocasiones, prácticamente en todas eso va a resultar imposible. Y lo único que van a conseguir es que los problemas se agraven cada vez más .

En otras ocasiones, podemos encontrarnos con que no se sabe dónde pedir ayuda. Los alcohólicos y sus familias consideran que no es un problema de Salud Mental, ni tampoco es una adicción , por tanto no consideran que sea conveniente acudir a un ECSM, ni mucho menos a un centro de adicciones y toxicomanías.

Para terminar y como hemos escrito en un post anterior la familia suele encubrir este tipo de problemas por lo que tardan mucho en pedir ayuda y cuando lo intentan se encuentra que la persona que seria la necesitada de ayuda se niega a pedirla .

Es importante por tanto repetir una y otra vez que el alcoholismo es una enfermedad que sí que tiene tratamiento y que el tratamiento merece la pena.