En el alcoholismo se encuentran englobados una multitud de problemas diversos muy heterogéneos.

Esto unido a la multiplicidad de factores que intervienen en su génesis ha hecho que a lo largo de la historia y aún en la actualidad se haya abordado desde distintos modelos la forma de tratarlo.
A veces han colaborado los distintos modelos entre sí aunque en la mayoría de las ocasiones se han considerado rivales y han optado por creer poseer la verdad absoluta.

Entre los modelos más importantes y de forma muy general podríamos distinguir lo siguientes:

#1. Modelo médico

El modelo médico parte de que el alcoholismo es una enfermedad y que consiste en un trastorno biológico.

La creencia de en que consiste dicho trastorno, ha cambiado en las distintas épocas a lo largo de la historia, aunque siempre se ha mantenido, que posee un importante componente genético y que está producido por la toxicidad que produce el consumo de alcohol.

Según este modelo el tratamiento debería limitarse al tratamiento de las complicaciones orgánicas producidas y al consejo médico.

En este modelo, aparece la contradicción que existe, entre la voluntariedad del consumo de alcohol, necesaria para que haya alcoholismo, y el concepto mismo de enfermedad. La enfermedad viene sola sin necesidad de buscarla.

Este es el motivo de que muchas familias no puedan llegar a entender que el alcoholismo es una enfermedad porque es la consecuencia de una conducta del alcohólico.

#2. Modelo psicológico

El modelo psicológico puede tener varias fundamentaciones, como suele ocurrir siempre en psicología. Puede fundamentarse en la psicodinámica, que es la orientación que recoge el pensamiento psicoanalítico, en la conducta aprendida que seguirían otras corriente psicológicas como el conductismo o lo cognitivo conductual o en aspectos relacionales y contextuales como plantean las escuelas sistémicas.

El tratamiento por tanto sería la psicoterapia, ya que el alcoholismo sería fundamentalmente producido por la alteración de procesos psicológicos. La psicoterapia por tanto utiliza técnicas distintas dependiendo de los profesionales que la practican.

#3. Modelo psiquiátrico

Este modelo considera el alcoholismo como secundario a un trastorno psíquico o de personalidad y tiene en cuenta la psicodinámica del proceso.

Atiende por un lado a los síndromes psiquiátricos de origen alcohólico y a la propia dependencia como tal.

Tradicionalmente se ha basado en la institucionalización psiquiátrica y en el control social.

En la actualidad trata las consecuencias psiquiátricas, del alcoholismo, con psicofarmacoterapia combinada con algún enfoque psicoterapéutico.

Fue el más común hasta principios del siglo XX y continua subyacente de forma implícita en muchas personas incluidos profesionales en la actualidad.

Este modelo, considera el alcoholismo como una conducta voluntaria, que se produce por la transgresión de las normas sociales y por una degeneración moral

Por tanto siguiendo este origen es normal que se plantee la culpabilización del alcohólico la sanción, la penalización y la marginación

Se fundamenta en aspectos macro y micro sociales y considera el alcoholismo como expresión de problemas sociales.

El abordaje sería por tanto una distinta relación con la estructura social a través de un cambio social y económico.

#4. Modelo integrativo

Es el modelo más invocado a nivel teórico y el que menos suele practicarse.

Según este modelo no es posible identificar un factor etiológico único para todas las variantes de alcoholismo.

Sólo se pueden identificar un grupo de factores que al interactuar acaban produciendo problemas

Los resultados de las distintas interacciones en los distintos individuos producen distintos resultados.

El alcoholismo se originaría en un sujeto con un código genético determinado, un sexo una raza, una edad y una educación determinada que vive en:

Un ambiente biológico concreto del que depende la respuesta inicial a la exposición del alcohol, el desarrollo de la tolerancia y las interacciones con otras drogas y medicamentos.

Un ambiente social fijado que está relacionado con los hábitos de consumo en ese ambiente, la disponibilidad del alcohol, a tolerancia al consumo y a la borrachera y el nivel de estrés.

Un ambiente físico que puede ser calmado o ruidoso, que requiere un ambiente de alerta para realizar determinadas tareas y la exposición a una sustancia tóxica que es el alcohol

El alcohol por tanto sería una causa necesaria pero no suficiente porque no todos los que consumen alcohol se vuelven alcohólicos.

El tratamiento aún sin conocer con claridad la etiología puede ser efectivo estudiando los problemas que presenta cada individuo concreto y aplicando los tratamientos más adecuados para estos problemas.

Ref.- Bibliográficas.-

“Manual de Alcohología”.  R. Malka;  P. Fouquet; G. Vachonfrance. Edit. Masson. 1987
“Alcohol Dependencia” . F.  Alonso-Fernández. Edit. Salvat. 1988
“Tratamiento de alcohólicos». G. Edwards. Edit. Trillas 2001