Con frecuencia se habla de las consecuencias tan importantes que produce el alcoholismo en toda la familia. La pareja suele ser la más afectada porque se enfrenta directamente con los problemas e intenta ocultarlo a los hijos y a la sociedad. ¿Pero qué ocurre con los hijos?

Los hijos atraviesan varias etapas a lo largo de su vida.

La primera comienza con la fecundación. ¿Se hereda el alcoholismo de alguno de los padres? Parece bastante probado, que en el alcoholismo existe una cierta carga hereditaria, pero eso no significa nunca que el hijo del alcohólico, deba ser alcohólico. Sólo se puede heredar una cierta predisposición a serlo. Esa predisposición tendría que asociarse con otros factores psico_ sociales para que la enfermedad pudiera llegar a desarrollarse.

Después de la fecundación y aún antes del nacimiento puede ocurrir un nuevo problema. Nos referimos al Síndrome alcohólico fetal. Un síndrome que aparece cuando la madre ha estado bebiendo con el embarazo.

Recientemente se ha detectado en Barcelona una epidemia de estos casos que una vez han sido investigados, se ve que coinciden con hijos adoptados en Rusia y Ucrania en una época determinada, en la que la mayoría de las adopciones en Cataluña venían de estos países.

En tercer lugar nos encontramos con los problemas emocionales que suelen tener durante su infancia los hijos de alcohólicos.

  • Culpabilidad: El niño puede creer que es la causa primordial de que su padre/madre abuse de la bebida.
  • Ansiedad: El niño puede estar constantemente preocupado acerca de la situación en su hogar. Puede temer que el padre alcohólico se enferme o se hiera, y puede también temer a las peleas y la violencia entre sus padres.
  • Vergüenza: Los padres pueden transmitirle al niño el mensaje de que hay un terrible secreto en el hogar. El niño que está avergonzado no invita sus amigos a la casa y teme pedir ayuda a otros.
  • Incapacidad de establecer amistades: Como el niño ha sido decepcionado tantas veces por el padre/madre que bebe, no se atreve a confiar en otros.
  • Confusión: El padre alcohólico cambia de momento, pasa de ser amable a ser violento, sin ninguna relación con el comportamiento del niño. Una rutina regular diaria, tan importante para el niño, no existe en su casa porque las horas de las comidas y de acostarse cambian constantemente.
  • Ira: El niño siente ira y rabia contra el padre alcohólico porque bebe tanto y suele estar enojado también con el padre que no es alcohólico porque no le da apoyo o protección.
  • Depresión: El niño se siente solo e incapaz de poder hacer algo para cambiar la situación.

Aunque el niño trata de mantener el alcoholismo en secreto, sus maestros, parientes, otros adultos o sus amigos pueden darse cuenta de que algo está mal. Los psiquiatras de niños y adolescentes indican que los siguientes comportamientos pueden ser síntomas de un problema en el hogar, como el del alcohol:

  • El fracaso en la escuela y las ausencias frecuentes.
  • La falta de amigos, el retraimiento de los compañeros de clase.
  • El comportamiento delincuente, como el robar y la conducta violenta.
  • Las quejas frecuentes de problemas físicos, como dolores de cabeza o de estómago.
  • El abuso de bebidas alcohólicas o drogas.
  • La agresión contra otros muchachos.
  • El comportamiento de exponerse continuamente a riesgos.
  • La depresión, o pensamientos o comportamiento suicida.

Con frecuencia, los hijos están sufriendo, y presentan estos problemas emocionales, porque no entienden lo que está pasando y tampoco lo hablan con nadie, ni con el padre no alcohólico ni con sus hermanos y por supuesto con nadie fuera del contexto familiar al considerarlo como un secreto familiar que no se puede airear.

La comunicación abierta y reflexiva sobre las dudas y temores de los hijos, con la mayor naturalidad posible, suele ser muy positiva y estrechar los vínculos afectivos entre padres e hijos, ayudando a los niños a entender el comportamiento de los padres durante la enfermedad y les ayuda a aumentar la confianza en sí mismos y su autoestima.

Y por supuesto, luchar por conseguir y mantener la abstinencia del padre o la madre alcohólico, es el mejor remedio que existe, para remediar el sufrimiento de los hijos. Es asombroso los resultados que aparecen cuando la abstinencia se va consolidando.

 

Referencia Bibliográficas

http://pubs.niaaa.nih.gov/publications/FamilySpanish/famhistspan.htm