He de deciros que en mi parecer para ser un buen monitor de grupo , han de cumplirse tres premisas importantísimas , la 1ª haber concluido con éxito un programa completo de rehabilitación , 2ª tener la suerte inconmensurable de haber sido 1º “ monitor de puerta “ os preguntareis porqué “ , muy fácil , el 85-90 % de los pacientes que llegan empujados por diversas razones a un C.P.D. , una Asociación de Alcohólicos Rehabilitados , ó bien que también hacen un encomiable trabajo los A.A , pues para ser justos ellos fueron los 1º en descubrir cómo podía salirse de este oscuro pozo.

Pues bien este porcentaje al que me refiero , es vital que la persona que se sienta frente a un alcohólico abatido , roto ,denostado , y reacio a reconocer su enfermedad , es un autentico bálsamo el saber escucharle, ser empático , saber con mucha mano izquierda , frenar al familiar que lógicamente viene indignado y su pretensión es castigarle severamente , craso error , que un viejo zorro alcohólico como él , debe y permítase me el símil taurino , templar ,acompasar y ver por qué derroteros nuestro enfermo abre más su corazón , esta ardua labor requiere , de una habilidad especial ,pues de ello dependerá , que logremos enamorarle , con mucho cariño llevando al familiar en volandas hacia la luz al final del túnel y al enfermo , a que ante sí se abra un arcoíris de esperanza y salida , como ¿ os preguntareis , sencillísimo y muy difícil a la vez ,temple , romper el hielo reconociéndonos los 1º nosotros como enfermos , y saber acompasar las embravecidas y lógicas replicas del familiar , todo ello llevándoles al centro de nuestra intención , que lo vean ambas partes y volverlos a saludar la semana siguiente , eso es un gran premio habremos triunfado en nuestra labor.

Una vez baqueteados en puerta , con todos los sinsabores y esperanzas que conlleva esta preciosa labor , continuaremos nuestra labor en muchos casos , cada “ maestrillo tiene su librillo “ , normalmente se hace un cursillo asistido por psicólog@ , trabajador/a social , y medic@ , entonces y sí además de aprovechar esto , hacemos bandera de nuestra enfermedad para y egoístamente lo digo , ser cada día más fuertes y salvar más vidas , ante ese oscuro demonio agazapado , que esperará pacientemente , cual sombra selvática , depredador de hombres y mujeres , sabedor de que pasaremos por mil y una vicisitudes , donde podrá desplegar sus garras , y afilar sus dientes esperando el momento oportuno de dar el salto definitivo y volver a inocularnos el suero , que nos llevará de nuevo al gran agujero negro de la recaída , pues bien en ello consiste la labor de un buen terapeuta rehabilitador , hacerle ver al enfermo que siendo egoísta y ayudado por el grupo y su familiar si lo hubiere , puede a lo largo del año de terapia de grupo , desarrollar una coraza lo suficientemente fuerte como para aguantar las acometidas de la bestia , saliendo de este grupo , cual alumno que , habrá tenido sus dudas , sus temores , pero también sus triunfos y si el monitor según el caso ha sabido pegarle con látigo de terciopelo , aclarar sus dudas y montarle en el definitivo tren de una nueva vida , a partir de ahí , con una inmensa alegría del trabajo bien hecho habrá terminado nuestra labor , siendo nosotros más fuertes y él estrenando su flamante coraza , feliz y contento de haber concluido una parte del programa que cambió su vida , no todo es de color y si mi contertulio me lo permite en otra ocasión hablaré de las partes de esta labor que te marcan duelen y se llevan un trocito de ti , pero eso nadie mejor que mi mentor , el Dr Reina , crack de esta enfermedad , será quien me aconseje ó no publicarlo , desde aquí en mi humilde atalaya de enfermo rehabilitado , me despido con un mensaje de absoluta esperanza y fe en vuestra fuerza de voluntad , y que la bestia sibilinamente os llevó al fondo de la ciénaga infernal , danos la mano , pega el salto , y te enseñaremos a vivir , libres para siempre de la maldición alcohólica.

Vuestro humilde compañero alcohólico como el que más, Eduardo Martínez Cobo, y mis más sinceras gracias a Don Félix, por dejarme compartir este trocito de vivencia