Juan Gibert Rahola, catedrático de Farmacología en el Departamento de Neurociencias en la Universidad de Cádiz. Vicepresidente de Arca.

El profesor Gibert posee un dominio completo de la psicofarmacología y es un gran investigador. Junto a ello posee unos grandes conocimientos en psiquiatría y es magistral en sus exposiciones. Lo he oído muchas veces y siempre me ha sorprendido por su facilidad en hacer fácil lo complejo y complicado.

Reúne entre sus condiciones la de ser un fantástico médico, un farmacólogo experto en neurociencias y un gran humanista. Su interés por el alcoholismo le ha hecho incorporarse al equipo de Arca como asesor y responsable de las áreas científica y formativa

—Como catedrático de farmacología, ha trabajado muchos años en el departamento de neurociencias; siempre ha estado interesado por el alcoholismo. ¿Podría decirnos cómo puede influir la farmacología en el tratamiento del alcoholismo?

–El tratamiento del alcoholismo es un tratamiento integral que va desde la acogida a la terapia conginitivo-conductual y la farmacológica si es necesaria. Los pacientes que siguen la 3 terapias son los que tienen más posibilidades de disminuir el consumo o dejarlo. En algunos pacientes la farmacología es imprescindible y gracias a nuevos fármacos y enfoques logramos éxitos muy importantes.

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—Posiblemente la farmacología del alcoholismo ha sufrido multitud de avances en los últimos tiempos. ¿Podría señalarnos los principales avances que se han ido produciendo en los últimos años?

–Creo que el principal avance ha sido la introducción del nalmefeno, antagonista opioide que es específico para el craving (ansias y deseo de beber) y el priming y la utilización de otros fármacos como el topiramato y la oxcarbazepina que no tienen la indicación aceptada pero que no dudamos de su eficacia y existen pruebas (no me gusta la palabra evidencia) de su eficacia determinada mediante ensayos clínicos.

—Profesor, podría explicarnos ¿Cómo en el alcoholismo los nuevos fármacos que van surgiendo no desplazan a los antiguos, como los interdictores sino que los van complementando?

–No todo paciente puede tratarse con interdictores, especialmente cuando utilizamos disulfiram retard que nos preparan en una farmacia de Granada. Primero deben entender el tipo de tratamiento y de los peligros de tomar alcohol. Segundo, deben tomarlo siguiendo estrictamente las indicaciones del médico. Tercero, es un fármaco reservado a los pacientes no cumplidores.

—Profesor, la formación de la que usted es sin duda un experto, es importante en todos los ámbitos. En el campo que nos ocupa es importante la formación de todos los profesionales sanitarios para prevenir los problemas y poder detectarlos en los lugares donde se produzcan. ¿Considera que en la universidad se afronta con la importancia que tiene el alcoholismo?

–En absoluto. En muchas facultades se trata de forma marginal o lo explican profesionales que no tienen ni formación ni experiencia en este campo. En Cádiz impartimos clases de alcoholismo en los grados de Medicina, psicología y criminología.

—¿Cómo se plantea desde Arca la formación tan necesaria para los enfermos alcohólicos, los familiares de ellos y la población general?

–La psicoeducación de los familiares y la formación de adolescentes es crucial para la prevención del consumo excesivo así como de otros colectivos. Nosotros abordamos este tema con seriedad ya que nos ocupamos tanto de los pacientes como de sus familiares e invitamos a estos que asistan una vez al mes a los grupos de terapia. Acabamos de terminar nuestra colaboración con la subdelegación del Gobierno para la formación de las fuerzas de seguridad. Otra colaboración es con el grupo de psicólogos de la Armada en San Fernando, gente muy formada y encantadora, con los que colaboramos estrechamente.

—Doctor Gibert. Desde hace 3 años se incorporó como voluntario a la Asociación Arca de Cádiz de la que es ahora vicepresidente. La Asociación Arca es una Asociación de autoayuda de alcohólicos rehabilitados. ¿Podría señalarnos cómo pueden complementarse la ayuda de los profesionales sanitarios, la psicofarmacología y los grupos de autoayuda?

–Primero deben formarse en este tema ya que hay un gran desconocimiento del mismo. Segundo, hay demasiados enfoques en el tratamiento en lugar de intentar unificarlos. Por ejemplo, Alcohólicos Anónimos rechaza la participación de la medicina, pero nosotros tenemos bastantes pacientes que también acuden a AA. No son incompatibles. Es imprescindible la colaboración entre atención primaria, grupos de autoayuda y el manejo adecuado de la psicofarmacología.

—¿Es necesario la instalación de protocolos en la evaluación y tratamiento del enfermo alcohólico o es mejor dejarse llevar en cada momento por la inspiración de terapeuta?

–Los protocolos son imprescindibles pero considerando que cada paciente es un mundo. Es de la pocas enfermedades en las que el entorno juega un papel determinante, pero es una enfermedad muy grave con elevada morbilidad y mortalidad. No se puede dejar que caiga en manos de la inspiración.

—¿Cuál es su función dentro de la Asociación y como la lleva a cabo en su día a día?

–Mi función es la de vicepresidente, pero fundamentalmente de responsable clínico. Ahora que nos quieren ahogar económicamente y que hemos tenido que despedir a todo el personal contratado, ejerzo de médico (soy neurólogo además de farmacólogo), de oficinista y de todo lo que se necesite. Pero en estos momentos contamos con la magnífica colaboración de nuestros pacientes más veteranos que son los que se ocupan de atender a los nuevos. Es muy importante que el primer contacto lo tengan con un afectado que la logrado superar su problema. Si de entrada los recibe un profesional de la medicina, muchos sienten rechazo ya que piensan que no los va a entender.[:]