El profesor Gabriel Rubio es uno de los pocos psiquiatras españoles con gran interés el  alcoholismo desde hace muchos años.

Ha publicado libros, artículos y comunicaciones y ponencias para congresos, ha dado cursos de formación , ha investigado y sobre todo es un gran clínico.

Es profesor de psiquiatría en la universidad complutense y jefe de sección de psiquiatría en el hospital universitario 12 de octubre.

Es por todo esto, por lo que considero, que entrevistarlo puede ayudarnos mucho a aprender sobre la materia que nos traemos entre manos.

 

Dr Rubio. Con frecuencia en el término de alcoholismo, se engloban cosas tan distintas como una intoxicación, un consumo regular o un consumo abusivo y un montón de cosas más. De hecho encontramos con frecuencia en algunos periódicos, noticias casi siempre provenientes de grupos de A.A.,de que tratan alcohólicos que no llegan ni a ser adolescentes.

─¿Qué es en realidad el alcoholismo?

Con frecuencia el alcohólico, no tiene conciencia de enfermedad, y por tanto no considera que deba acudir a tratamiento.

─¿Qué debe hacerse en estos casos?

A menudo se considera que el alcohólico es un mentiroso compulsivo. Así lo suelen expresar con frecuencia la familia.

─¿Es esto cierto o esta tendencia a la mentira está, asociada a algún mecanismo psicológico propio de esta enfermedad?

Hay muchas personas que consideran el alcoholismo una enfermedad genética y quienes así piensan, se apoyan en la cantidad de alcohólicos que existen en algunas familias.

─¿Qué piensa de esto?

Existe en la sociedad y ente los mismos profesionales, la idea de que el alcoholismo no tiene arreglo.

─¿Está de acuerdo con esto?

Es bien sabido, que el alcoholismo, lleva consigo alteraciones en la dinámica familiar y que con frecuencia la familia más cercana al alcohólico sufre las consecuencias de ésta enfermedad.

─¿Cuales son estas consecuencias y cómo podrían abordarse.?

Siempre he mantenido que en el tratamiento del alcoholismo hay que aunar los esfuerzos de todos. Sin embargo los protagonismos y el considerarse en la posesión única de la verdad hace que sea difícil trabajar de forma conjunta. Usted fue capaz de montar en el servicio de psiquiatría del hospital 12 de octubre el programa contra el alcoholismo ayúdate ayúdanos. En el colaboran estrechamente los profesionales de su equipo y las asociaciones de A.A. y alcohólicos rehabilitados.

─¿Qué podría contarnos de esta experiencia?

Se trata de un programa en el que participamos los profesionales de Atención primaria, los equipos de salud mental y otros profesionales del hospital. Hay que tener en cuenta que casi la mitad de los pacientes que son derivados a nuestro programa proceden de los Servicios de Medicina del hospital.

 

La experiencia de incluir a las Asociaciones en nuestro programa terapéutico era algo que nos venía rondando por la cabeza desde hace años. En la Comunidad de Madrid la federación de Alcohólicos (FACOMA-Red CAPA) lleva más de 30 años implantada y disponen de grupos de autoayuda para pacientes y familiares.

 

En mis inicios profesionales tuve la oportunidad de colaborar estrechamente con el actual presidente de dicha Federación, D. Antonio González Catena.

 

En aquella época su coordinaba el programa terapéutico de tratamiento de un Centro de salud mental y en ese mismo municipio en el que se ubicaba la Asociación que dirigía Antonio. Nos pusimos rápidamente de acuerdo en una coordinación respetuosa y fluida y aquello era muy eficaz para pacientes y familiares de nuestro programa.

 

Este modelo, con algunos retoques es lo que venimos haciendo en el Hospital. Nuestro área sanitaria incluye a dos Asociaciones integradas en FACOMA-Red CAPA y dos profesionales del equipo acudimos semanal o quincenalmente a la Asociación para estar presentes en los grupos, bien de pacientes o de familiares.

 

Cuando un paciente acude a nuestro programa de tratamiento al Hospital o a cualquiera de los 3 centros de salud mental integrados en el Servicio de psiquiatría, es informado de la existencia de las Asociaciones y del papel que ellas cumplen en nuestro programa: autoayuda para pacientes y familiares, actividades culturales, actividades recreativas.

 

La parte del programa desarrollada por los especialistas de salud mental incluye, fundamentalmente, técnicas de prevención de recaídas y de habilidades sociales, junto a los programas de enfermería y apoyo familiar. Al cabo de 2 años de abstinencia los pacientes son dados alta y el seguimiento lo seguimos haciendo a través de las Asociaciones.

 

Es decir, la Asociación participa durante los dos años de proceso terapéutico y también lo hace como parte de un programa de continuidad de cuidados. Los datos de que disponemos son muy relevantes puesto que si los pacientes acuden a las Asociaciones, al cabo de 6 años alrededor del 80% siguen abstinentes, mientras que entre los sujetos que no desean acudir a las Asociaciones, únicamente el 35% están en abstinencia.