Al principio de mi carrera profesional, hice un recorrido por todos los centros españoles con experiencia en el tratamiento del alcoholismo. En este camino recalé en el centro que dirigía el Dr  José R. Varo, dependiente de la diputación foral de Navarra.

Mi paso por allí me dejó marcado y aprendí muchísimo. Desde entonces el Dr. Varo ha sido un referente para mí y hemos colaborado en muchos proyectos. Entre mis recuerdos de mi paso por allí, me quedó gravado, la importancia del trabajo en equipo y la necesidad de conocer muy bien al paciente y adaptar el tratamiento a éste conocimiento.

Continuo teniendo la firme convicción de que el prof. Varo continua siendo un buen maestro, además de un buen clínico , que nos puede enseñar muchas cosas, por eso con la certeza de que aprenderemos mucho con él, he realizado ésta entrevista.

 

  1. Dr Varo. La primera pregunta que se me ocurre es preguntarle por la palabra alcoholismo. Es evidente que aunque se ha luchado por quitarle toda la implicación de vicio y de degeneración moral, en la mayor parte de la población esta palabra continua estigmatizada. ¿Es quizás por eso por lo que en las últimas clasificaciones internacionales, como la reciente DSM V, no aparece la palabra alcoholismo sino Trastornos relacionados con el alcohol?

 

Este término continúa utilizándose por el público y por profesionales. Estos últimos lo emplean a veces al hablar en forma coloquial e informal. Pero ya no tiene relevancia científica y está abandonado desde este punto de vista. También suele decirse tabaquismo, cocainismo, etc., en este mismo sentido.

Estas ideas sobre vicio y degeneración, afortunadamente, son residuales. Hay que tener en cuenta que la carga moral se ha aplicado siempre a las conductas que nos resultan incomprensibles y molestas, hasta que poco a poco estas conductas van integrándose en el conjunto de las explicaciones científicas y la sociedad las va comprendiendo mejor.

Es adecuado decir Trastornos por uso de alcohol. Esto incluye el uso perjudicial o abusivo y la dependencia del alcohol. Y después las consecuencias psíquicas físicas o sociales del consumo de alcohol, tanto del uso perjudicial como de la dependencia.

 

  1. A veces en algunos centros, a cualquier persona que acude con un problema relacionado con el alcohol se le pone la “etiqueta de alcohólico” ¿Cuándo podemos hablar realmente de alcoholismo?

 

Bien empleado, el diagnóstico no debe ser solo una etiqueta. Es una formulación médica que permite comunicarnos a los diversos profesionales, y sobre todo que a menudo lleva consigo connotaciones que dan idea global del problema, y que tiene su fundamento en datos genéticos, clínicos y psico-sociales, así como posibilidades de evolución y pronóstico y consiguientemente proyección hacia el tratamiento.

  1. En muchos grupos de alcohólicos se considera que el alcoholismo no puede tratarse hasta que el alcohólico ha llegado a tocar fondo. ¿Cree usted en esta afirmación?

Dicho así no, no siempre. Muchas veces, y esto se ve con cada vez más frecuencia y lo hemos visto todos, el que padece estos problemas llega a entender las señales de alerta en sí mismo, en su interior y su estado mental o físico y por su repercusión en otros o en su vida social o laboral. Y hace algo para solucionarlo, por ejemplo pedir consulta para valoración. Ahora la educación sobre estas cuestiones es mejor, aunque no les llegue a un parte de los afectados.

El extremo del «tocar fondo» también se produce, por supuesto y es el momento en que el individuo capta que ha llegado al límite en pérdidas y deterioro y esto le presiona fuertemente para intentar cambiar.

 

 

  1. También es habitual oír que la recaída es habitual en el tratamiento ¿es esto cierto? ¿Por qué se produce? ¿cómo puede evitarse?

 

Nadie la quiere, pero ocurre con frecuencia. De manera que es mejor entenderla y enfocarla con actitudes y pautas realistas y eficientes. No sirven de mucho las valoraciones de intenso fracaso, frustración, castigo o abandono de la lucha. A pesar de que estas reacciones son muy humanas, entendibles y dignas de consideración.

Pero la recaída tiene su enfoque, tratamiento y posible prevención. ¿Cómo? Identificando por los afectados y profesionales las circunstancias que tienden a desencadenar la; mejorando la actitud y recursos del principal implicado y sus allegados; posibilitando la accesibilidad y rapidez de intervención de los equipos profesionales. Y otras medidas de tratamiento en cada caso.

A veces se observa que con la recaída el paciente «aprende» lo que puede suceder y que él estaba negando.

Es útil pensar también que en muchos pacientes que están deseando dejar de beber y vivir de otra manera, a pesar de que se produzcan algunas recaídas, puede que el tiempo total de abstinencia (por ejemplo a lo largo de un año) sea considerable y a la vez el tiempo de recaída vaya siendo cada vez más breve. Y esto, aunque sea parcial, es un logro.

 

 

  1. En Andalucía, la Administración considera que el alcoholismo debe estar fuera de la psiquiatría, aunque en todos los tratados de Psiquiatría y en las clasificaciones de la psiquiatría se considera como parte de ella. ¿Qué opinión tiene usted sobre dónde y cómo encuadrar, la atención del alcoholismo?

 

Integración del alcoholismo (¿ven? he utilizado el término en el sentido dicho en la primera respuesta) en la psiquiatría.

Para mí y para muchos profesionales y organizaciones científicas, los trastornos por uso de alcohol, y especialmente la dependencia, su dinámica y sus consecuencias, son un problema psiquiátrico como los demás., entendible y tratable desde la psiquiatría. Así que no vale que determinados profesionales o administraciones o entidades tiendan a excluirlos y pasárselos a «otros». Puede haber una tendencia a la marginación de las redes asistenciales normales y esto tiene motivaciones a veces subjetivas y otras veces muy «objetivas» e incluso económicas o de promoción de recursos.

Lo diré muy claro: la asistencia a los problemas por consumo de alcohol son responsabilidad de todos, de profesionales de la psiquiatría, de otros de la medicina (Digestivo, M. Interna, Neurología…) y campo de trabajo para otros profesionales que trabajan en Salud Mental, como Psicología, Trabajo Social, Enfermería y otros. Y esto sea en ámbito público o privado, pero siempre sin exclusión ni marginación.

 

  1. ¿Cree que es posible que un alcohólico se plantee como objetivo el consumo moderado?

 

Puede ser más fácil en problemas diferentes al síndrome de dependencia. En este me parece un objetivo azaroso y quizá utópico en muchos casos válido solo para algún paciente y que puede llevarle a menudo a un equilibrio inestable y temporal.

 

  1. ¿Es posible prevenir el alcoholismo? ¿Existe alguna evidencia de programas que sean realmente útiles en la prevención? ¿Son útiles las campañas? ¿y las charlas en los colegios

 

Es posible, aunque resulta una ardua lucha en nuestra sociedad. Sería conveniente una fuerte implicación de responsabilidades públicas, privadas, educacionales y legislativas. Me parece que la eficacia de los programas de prevención es más evaluable y eficientes cuando se realizan en grupos de población concretos y delimitados, con actuaciones precisas y contrastadas. Las campañas vagas, generales y sin objetivos definidos llegan poco a muchas personas y muchas no se sienten claramente concernidas.

Muchas gracias dr Varo como siempre me han encantado sus respuestas que denotan su claridad conceptual fruto de tantos años de práctica profesional y de reflexión sobre esta materia.

Estoy convencido de que serán de una gran ayuda para nuestros lectores.