Con frecuencia viene a nuestra consulta una familia en la que la demanda que presentan es la de saber si uno de los miembros es o no es alcohólico. En la mayoría de las ocasiones la persona a la que se atribuye ser alcohólico niega por completo tener problema alguno relacionado con el alcohol.

¿Cómo podemos saber en realidad si una persona es o no es alcohólica?

A menudo se piensa que haciendo un simple análisis puede llegar determinarse. A veces, cuando el alcoholismo está muy avanzado, puede ser real. Con el paso del tiempo, el alcohol va provocando estragos en nuestro organismo y hay muchos órganos que van dañándose y se alteran muchos marcadores hepáticos, pancreáticos y hematológicos. En esos casos que también suelen venir acompañados de signos físicos, que pueden detectarse con una pequeña exploración el diagnóstico de alcoholismo es muy fácil.

Sin embargo eso no suele ser lo usual. El alcoholismo suele empezar varios años antes de que aparezca toda esta sintomatología y es muy importante que sepamos detectarlo lo antes posible.

No hay que esperar a que el alcohólico toque fondo para poder abordarlo. En algunos casos esto puede ser así, pero en la mayoría, la intervención temprana puede resultar muy valiosa y prevenir muchas de las complicaciones que se irían produciendo en el caso de no hacerlas.

Tras esta introducción, podríamos centrarnos en buscar cuales son los indicadores que nos van a llevar a diagnosticar el alcoholismo

Los criterios para poder concluir que existe un problema de alcoholismo en una persona serían los siguientes:

  1. Se consume alcohol con frecuencia en cantidades superiores o durante un tiempo más prolongado del previsto.
  2. Existe un deseo persistente o esfuerzos fracasados de abandonar o controlar el consumo de alcohol.
  3. Se invierte mucho tiempo en las actividades necesarias para conseguir alcohol, consumirlo o recuperarse de sus efectos.
  4. Ansias o un poderoso deseo o necesidad de consumir alcohol.
  5. Consumo recurrente de alcohol que lleva al incumplimiento de los deberes fundamentales en el trabajo, la escuela o el hogar.
  6. Consumo continuado de alcohol a pesar de sufrir problemas sociales o interpersonales persistentes o recurrentes, provocados o exacerbados por los efectos del alcohol.
  7. El consumo de alcohol provoca el abandono o la reducción de importantes actividades sociales, profesionales o de ocio.
  8. Consumo recurrente de alcohol en situaciones en las que provoca un riesgo físico.
  9. Se continúa con el consumo de alcohol a pesar de saber que se sufre un problema físico o psicológico persistente o recurrente
    probablemente causado o exacerbado por el alcohol.
  10. Tolerancia, definida por alguno de los siguientes hechos:
  11. Una necesidad de consumir cantidades cada vez mayores de alcohol para conseguir la intoxicación o el efecto deseado.
  12. Un efecto notablemente reducido tras el consumo continuado de la misma cantidad de alcohol.
  13. Abstinencia, manifestada por alguno de los siguientes hechos:
  14. Presencia del síndrome de abstinencia característico del alcohol (véanse los Criterios A y B de la abstinencia de alcohol.
  15. Se consume alcohol (o alguna sustancia muy similar, como una benzodiacepina) para aliviar o evitar los síntomas de abstinencia.

Estos son los criterios que propone la DSM V que es el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, en su 5ª edición de 2014.

También propone que dependiendo del número de criterios que se presenten se clasifiquen en distintos grados de gravedad.

Trastorno por uso de alcohol leve cuando se presenten 2 o 3 criterios

Moderado cuando se presentan 4 o 5

Grave en presencia de 6 o más criterios.

Es importante esta distinción porque, como en el resto de enfermedades, el tratamiento debe ser distinto, dependiendo de la gravedad que presenta, junto a otras muchas características.

Referencias Bibliográficas

  • American Psychiatric Association DSM V Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, en su 5ª edición Editorial médica panamericana
  • M.S CIE 10 . Clasificación de los Trastornos Mentales y del comportamiento. Editorial médica Panamericana 2000