Existe la creencia de que en la vejez, no existen alcohólicos, porque las complicaciones orgánicas del alcoholismo, producen la muerte antes de llegar a la ancianidad.

Los estudios realizados en esta época de la vida, aun cuando difieren mucho en sus resultados y la mayoría de ellos se refieren, a pacientes internados en asilos, nos muestran la falta de fundamento de esta creencia.

Al acabar mi especialidad, pensé en hacer mi tesis doctoral sobre el alcoholismo en la tercera edad. Aunque al final hice la tesis sobre otra materia, estuve investigando el alcoholismo en los ancianos, durante un par de años, entrevistando a todos los ancianos de las residencias de mi provincia.

Lo primero con lo que me encontré, al comenzar este trabajo, fue la escasa literatura que existía sobre este asunto.

En la actualidad continúa ocurriendo lo mismo. Se reconoce, que es un problema importante y de una gran magnitud, pero no se dedican demasiados estudios, ni recursos a la atención de este grupo de población.

La esperanza de vida va creciendo en todos los países del mundo y eso hace que cada día sea mayor el número de mayores y por otra parte los estudios epidemiológicos nos muestran que son más propensos a experimentar problemas relacionados con la salud mental y el consumo de alcohol.

Los estudios más recientes señalan que entre el 10 y el 15 % de esta población, cumple con los criterios, para presentar problemas relacionados con el consumo de alcohol.

El abuso de alcohol y la combinación del alcohol con algunos medicamentos pueden conducir a resultados muy negativos para la salud y la mayoría de las personas mayores suelen estar polimedicadas.

Como por otra parte, es escaso el número de profesionales, dedicados a este grupo de la población y es aún menor, entre los profesionales que abordan las adicciones, nos encontramos con un enorme problema al que se le dedica poca atención.

Los problemas relacionados con el consumo de alcohol en estas edades a menudo, no son reconocidos y cuando son reconocidos se tratan con deficiencia.

Sin embargo, dado que la gente mayor es más propensa a utilizar los servicios de salud, los profesionales tienen una gran oportunidad para detectar y atender estos problemas, ya que una gran cantidad de pacientes ancianos, que se atienden en los servicios médicos y psiquiátricos, se presentan con una patología relacionada con el consumo de alcohol.

Los adultos mayores son más vulnerables a los efectos fisiológicos del alcohol que los más jóvenes y cantidades moderadas de consumo de alcohol pueden tener efectos perjudiciales para la salud de los mayores porque las enzimas hepáticas que metabolizan el alcohol son menos eficientes.

El Sistema Nervioso Central se vuelve más sensible y el volumen acuoso de las células disminuye por lo que aumenta la concentración de alcohol .Esto además puede unirse a una mala nutrición y a enfermedades crónicas y las interacciones con los fármacos que habitualmente toman para otras dolencias, hace que aumenten las complicaciones con el uso de alcohol en este grupo de edad.

Las clasificaciones usuales de alcoholismo, no son prácticas en los ancianos, por lo que hace unos años, propuse con fines prácticos, distinguir tres grupos bien diferenciados en cuanto a su relación con el alcohol, por considerar que puede ser útil en el pronóstico, tratamiento e investigación.

 

Alcohólicos primarios .-

Podemos considerarlos como los verdaderos alcoholismos en la tercera edad. Son aquellos que se convierten en alcohólicos al llegar a la ancianidad, coincidiendo con la jubilación laboral.

Los factores que más influyen en ellos son:

Su menor resistencia frente al alcohol son causa de frecuentes intoxicaciones agudas.

Su dificultad para lograr una adaptación metabólica al alcohol aumenta el riesgo de enfermedades orgánicas.

La rigidez de los ancianos, es la causa de su intolerancia, dogmatismo e incapacidad para acatar puntos de vista distintos a los propios debido al deterioro psicoorgánico.

La dependencia originada por sus dificultades físicas le van a producir limitaciones, difíciles de aceptar por el anciano, haciéndoles disminuir su autoestima y originando fuertes tensiones en el medio familiar o asilar.

La frecuencia de las depresiones que en esta edad producen la mitad de los trastornos mentales que padecen.

Disminución de los ingresos económicos como consecuencia del abandono obligado del trabajo.

Disminución de la importancia que juegan en la sociedad.

Pérdida frecuente de seres queridos.

Situación de aislamiento por incapacidad física o por otros motivos como el abandono familiar.

Frecuente disminución de las facultades intelectuales, que le impiden, conseguir una buena comunicación con el medio por la falta de adaptación a los cambios constantes que se producen en nuestra sociedad actual .

Alcohólicos secundarios.- Son aquellos ancianos, que comenzaron a beber en su juventud o su madurez y que han alcanzado la ancianidad tras una larga carrera alcohólica que se mantiene en estas edades.

Es muy importante la diferenciación entre estos dos grupos, para establecer un pronóstico y un plan terapéutico.

 

Alcohólicos abstemios.-

Está formado por el de las personas que han bebido en exceso durante toda su vida y que suspenden o disminuyen el consumo al alcanzar la tercera edad.

El abandono de la bebida suele depender de factores inherentes a la personalidad propia de los ancianos que suelen tener trazos hipocondriacos y miedo a la muerte, reforzados por una enfermedad más o menos dolorosa no dependiente del alcohol o por síntomas como los de la polineuritis dependientes del alcoholismo .

El estudio de este grupo de personas puede resultar muy útil para avanzar en nuevos tratamientos.

En la actualidad existe una gran evidencia tanto en los EEUU como en Europa de la eficacia de las intervenciones breves en los ancianos para reducir la bebida en situaciones de riesgo.

Por otra parte también se ha observado que en el tratamiento de la enfermedad los mayores terminan el tratamiento con mucha más probabilidad que los adultos más jóvenes de completar el tratamiento y de obtener mejore resultados.

Las mujeres de estas edades eran las que alcanzaban mayores niveles de abstinencia a los 5 años del seguimiento después del tratamiento.

También ha habido investigadores que han observado que las personas mayores que han iniciado el consumo abusivo después de los 50 años pueden tener mejores resultados en el tratamiento.

Pero lo que parece más concluyente que el lugar mejor para tratar estos problemas es el sistema general de salud, al existir cada vez mejores herramientas útiles para la detección del problema y métodos de intervención y de tratamiento fáciles de usar aunque es probable que el personal sanitario requiera una pequeña preparación para poder utilizarlos.

Es cierto que a los ancianos se les acumulan muchos retos como el aislamiento social, la pérdida y el dolor las dificultades económicas y las enfermedades físicas, la depresión y el riesgo de suicidio y todas estas dificultades pueden encubrir el uso dañino del alcohol pero si se detecta y si trata esto contribuirá a la mejora del resto de los conflictos.

La falta de preparación, motivación y falta de tiempo de los profesionales de atención primaria, puede ser la mayor dificultad, para atender a estas personas de la manera adecuada.

 

Referencias Bibliográficas

“Epidemiología de los problemas por uso de alcohol en los ancianos “ Félix L.Reina ,Cuadernos gerontológicos de Geriatria y Gerontologia .Pamplona 1994
“Drinking Across the Lifespan: Focus on Older Adults” Kristen L. Barry, Ph.D., and Frederic C. Blow, Ph.D. http://www.arcr.niaaa.nih.gov/arcr/arcr381/article13.htm

American Medical Association, Council on Scientific Affairs. Alcoholism in the elderly. JAMA 275(10):797–801, 1996